Muy poco derbi.

Tifo del Calderón en conmemoración de los 110 años del club.

 El derbi madrileño no fue lo que se esperaba. Tuvo muy poca historia, casi ninguna, sin emoción, sin fútbol, casi sin polémica, sin intensidad, faltó todo aquello que siempre es bienvenido en este tipo de partidos. La verdad es que los derbis del Calderón cada año tienen menos historias. El Real Madrid sacó uno de los peores onces de la década (en derbis), y el Atlético casi en ningún momento incomodó a los de Mourinho. Más de una década de los colchoneros sin ganar al eterno rival, muchos años, demasiados.

Poco o nada tuvo de derbi el partido entre los equipos madrileños del Atlético y Real Madrid disputado el sábado en el Calderón. El Real Madrid apostó por un equipo plagado de suplentes, y no sólo eso, totalmente descompensado, basta con decir que la dupla en el centro del campo merengue la comandaron Khedira y Pepe, para ver el once titular que sacó Mourinho al verde del Manzanares. El Atlético salió con todo, Simeone alineó a todo lo que tenía (exceptuando al todavía renqueante Arda) e incluyendo al "perdonado" Diego Costa. Todo esto, hacía presagiar que éste sería el año para romper la maldita estadística rojiblanca en los derbis, pero no fue así, la historia se volvió a repetir. En algún momento los del Manzanares pudieron ganar, pero el Atlético demostró muy poquito para haberse llevado los tres puntos.

El partido no pudo comenzar mejor para los rojiblancos. Salieron con algo más de intensidad que los blancos (únicos minutos que pasó esto) y en una falta lateral que botó Koke, el canterano merengue Nacho rompe un fuera de juego, Diego López "despeja" hacia Godín, el uruguayo la pone por encima y Falcao, de cabeza, no falla a puerta vacía. Mal la defensa, mal Nacho, mini-cantada de Diego López y gol legal del Atlético (en ningún momento hay fuera de juego). El Calderón vibraba con este gol tan tempranero y soñaban con una victoria que hacía 14 años que se hacía esperar.

Poco duró la alegría en la parroquia rojiblanca, porque poco después del gol de Falcao, Di María botaba una falta lejana al corazón del área, Juanfran ponía su pecho y Courtois no llegaba al ajustado remate del lateral colchonero. El Real Madrid no había hecho casi nada, o nada mejor dicho, y ya había empatado el partido en una jugada afortunada para el equipo blanco y de muy mala suerte para los del Calderón. A partir de ahí, el Real Madrid metió intensidad al partido, y éste se volvió más bronco todavía. Pérez Lasa empezó con su carrusel de amonestaciones a los jugadores blancos, casi todas merecidas. Un inciso, Mourinho protestó todas y cada una de las faltas de sus jugadores, y las tarjetas, y todo, algunas veces con razón y otras veces sin ella, pero el árbitro sólo lo advirtió. A lo que me refiero con esto es que es indignante el doble rasero que los señores colegiados tienen este año con los entrenadores en España. Hay determinados técnicos que tienen "licencia para matar" y a otros, pregúntenle a Jémez, prácticamente ni se les permite abrir la boca o levantar el brazo para avisar a un jugador. Esto es indignante, y no sólo es Mourinho, hay algunos más. Bueno, dicho esto, y con una gran oportunidad de Benzema que sacó Courtois, se terminó la primera parte. Mala primera parte, de los dos equipos, aunque para mi, a los puntos, estuvo mejor el Atlético.

Los jugadores colchonero celebran el gol de Falcao.

 La segunda parte comenzó con un Madrid algo más organizado, pero la gran oportunidad para ponerse por delante (de nuevo), la tuvieron los rojiblancos. Gabi, después de una bonita pared, se quedó sólo delante del arquero madridista, el rojiblanco nunca creyó que estaba en posición legal, por lo que realizó un disparo de patio de colegio. Odio los jugadores que no resuelven las jugadas, si es fuera de juego ya lo anularán, pero no pierdas la concentración en eso. Mal Gabi, mal. Poco después, un balonazo al cielo de Madrid por parte de Diego López, lo intercepta con la cabeza Mario Suárez y regala un magnífico pase a Benzema, el francés filtra una buena asistencia a Di María y éste cruza el balón con un buen disparo raso hasta las mallas de la portería rojiblanca. Celebración dedicada a su reciente paternidad. Aquí ya pensé que el partido estaba acabado, que poco más iba a suceder hasta el final, y la verdad es que no me equivoqué mucho. El Real Madrid, que hizo muy poquito, le sobró con controlar en defensa a un Atlético que no conseguía enlazar más de 6 pases seguidos, así que esa tarea fue muy fácil para la defensa blanca. El Atlético en ningún momento lo intentó, faltaba físico, faltaba plantilla, y aunque Adrián llevó algo de peligro el partido nunca corrió peligro para los blancos. 

Disparo de Di María que le dio la victoria al Real Madrid.

 Muy poco se puede sacar de este partido, de este descafeinado derbi que en muchos momentos aburrió mucho al espectador. El Atlético (exceptuando el partido contra el Granada), lleva mucho tiempo sin estar en forma, falta físico (lo que le sobró el año pasado) y no llegan nada bien a la recta final de temporada. Esto no puede empañar la gran campaña del equipo colchonero, pero tienen una final de copa pendiente, y encima contra el Real Madrid, creo que Simeone debe pensar ya en olvidarse de la segunda posición y dar descanso a los muchos titulares que tiene cansadísimos. Es normal, Simeone en casi todos los partidos utiliza a 13 o 14 jugadores, no más, y con tres competiciones es muy difícil llegar con buen físico al final de temporada.

El equipo blanco también muy mal, si bien es cierto que jugaron prácticamente todos los suplentes, incluso algunos del Castilla (Morata y Nacho). El centro del campo inicial dañaba la vista para el amante del buen futbol. Di María no llega bien, aunque fue el mejor. Benzama está mal. Lo mejor del Madrid ayer (bajo mi sorpresa), fue la pareja de centrales (Albiol y Carvalho), que aunque tuvieron fallos cumplieron bien durante los 90 minutos (delante estaban Costa y Falcao). Es cierto que de estos, pocos van a jugar la vuelta contra el Dortmund, pero aún así, el Real Madrid debe mejorar mucho su juego para una posible remontada, sino será prácticamente imposible.